La tía Lan, estuvo con mi familia durante un año y medio, desde que mi hermana tenía 6 meses hasta que cumplió 2 años. La cuidó todos los días, desde alimentarla de bebé, acostarla, hasta llevarla al parque cuando creció, era muy tranquilizadora y la cuidaba como si fuera su propia hija. Además de eso, también ayudó a encargarse de todas nuestras comidas como una familia de cuatro. Era un gran cocinero, con una alimentación equilibrada y platos deliciosos. Durante la epidemia, nuestra familia no iba a ningún restaurante a comer, y podíamos comer en casa al nivel de un restaurante. También me ayudó a cuidar el pequeño problema de mi hermano con la comida quisquillosa y se ocupó de la vida alimentaria de nuestra familia. Celebramos todos los días festivos y cumpleaños juntos como familia y estamos muy agradecidos con la tía Lan por cuidarnos durante el último año y medio. Toda nuestra familia está muy satisfecha.